
Una vecina de Vila-real llega a la Plaza del Ayuntamiento a las 19:00 horas para la concentración convocada por el grupo de Dones de la Ciutat de Vila-real. La convocatoria es la manera de demostrar el enfado ante la libertad bajo fianza de la -mal- autodenominada la manada. Pero a la hora prevista la plaza sigue medio vacía, lo que aumenta el malestar de los asistentes. Mientras la gente sigue llegando distribuyen un papel del Comité por la Alianza de Trabajadores y Pueblos (CATP) en el que se pide la suspensión de «jueces y magistrados reaccionarios», entre ellos los encargados del juicio de los San Fermines.
A las 19:30, tras la llegada de algunas personas más, se saca un micrófono donde cualquiera de los allí presentes puede expresar su opinión sobre el caso. La primera en hacerlo es una de las organizadoras que afirma que si siguen habiendo casos de violencia contra la mujer, se seguirán manifestando en las calles del pueblo hasta conseguir que Vila-real sea una ciudad «libre de violencia de género».
Entonces otra vecina del municipio toma el micrófono y afirma que «dejarlos libres es violarla de nuevo» a lo que las asistentes responden con gritos de «no es no y sino es violación». En ese momento una de las organizadoras de la concentración pide a Paula Bonet, escritora, pintora e ilustradora de Vila-real, presente en el acto que hable para todos. Bonet accede y lee un texto en el que los hechos ocurridos en los San Fermines de 2016 son relatados. Tras su intervención, la plaza entera aplaude y grita «no es un caso aislado es el patriarcado». Al finalizar la concentración, Paula Bonet habla con algunas vecinas del municipio mientras la plaza se va vaciando poco a poco. Pero una cosa ha quedado clara, Vila-real hace frente al machismo.
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