
Una mañana en la que le sale el trabajo por las orejas, aparece en su oficina su novia embarazada (Anna Kendrick) con una maleta diciéndole que debe irse a su pueblo natal pues su madre está enferma.
Partiendo de esta premisa, John deberá intentar que sus mundos, tanto la que fue su vida en su pueblo como su vida actual en la gran ciudad, no colisionen. Cuando estás inmerso en una rutina, lejos de casa, el tiempo pasa de otra forma. Debe ponerse enferma su madre para que John vuelva a su hogar y se encuentre con que las cosas no van tan bien como creía.
Lo que presenta esta historia no es otra cosa que una crisis existencial de su protagonista al que acompañan personajes que tampoco pasan por su mejor momento. El pequeño de los Hollar siente que le ha fallado a todo el mundo y está aterrado pensando que fallara a su futuro hijo. Mientras John está preocupado porque su vida se descontrole, la de su hermano Ron (Sharlto Copley), está completamente descontrolada lo que aterroriza aun más al protagonista.
No pierdas tu tiempo en lo malo, vive por lo bueno
Sally Hollar, interpretada por Margo Martindale, está aterrada por su enfermedad pero se puede ver que lo que más le aterra es dejar a su esposo e hijos solos ya que son un desastre. Ella es quien sustenta a la familia, por ello pide cada uno que cuide del resto si algo le pasase.
El film es una simbiosis perfecta de comedia y tragedia. La parte más trágica es aligerada con chistes y momentos cargados de esperanza. En general, es una buena historia pero que no consigue resaltar por encima de ninguna otra.
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