Dirty Dancing (2017): el remake no supera a la orginal - La dialéctica de las imágenes

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22 de octubre de 2017

Dirty Dancing (2017): el remake no supera a la orginal

En la era de los remakes era poco probable que Dirty Dancing se quedase sin uno propio. Ya intentaron recuperar parte del éxito cosechado en Dirty Dancing, la película original de 1987, con una segunda parte, Dirty Dancing 2 (2004), que fue un fracaso. Este año, cuando se cumple su 30º aniversario, han querido convertir la película en una miniserie televisiva. Sin embargo, nada supera la versión orginal.

Para empezar, la elección de los personajes. Abigail Breslin encarna el papel de Baby, pero no resultaba creíble, por muy bien que lo hiciese a nivel interpretativo, no encajaba con el personaje. Algo similar ocurre con Colt Prattes, el actor y bailarín que interpreta a Jonnhy, que por muy bien que baile no se equipara a la actuación de Patrick Swayze. Puede ser que no me hubiese creído a ninguna actriz que no fuese Jennifer Grey ni a ningún actor que no fuese Swayze.

Al añadir nuevas escenas a la historia, han conseguido presentar una Lisa Houseman, interpretada por Sarah Hyland, nueva, que es menos ingenua y estirada. También, sale beneficiado en este film el doctor Houseman (Bruce Greenwood) quien demuestra que sigue siendo el joven que se enamoró de su mujer (Debra Messing) y que siente más de lo que deja ver.

La banda sonora también recibe nuevas canciones y presenta versiones más modernas de algunos de los temas más famosos de la película. Las coreografías tampoco son las originales, aunque se ha mantenido el salto final, uno de los momentos más icónicos de la historia, junto al inolvidable traje una sandía. Está claro que, para los fans de la versión original este remake no le ha hecho justicia ni ha conseguido eclipsarla.


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