
El viento que hacía no impidió a los seguidores cantar y bailar durante todo el concierto. El grupo mantuvo la complicidad con el público en todo momento sin dejar de bromear. Para aligerar el frío que tenían el cantante pidió un gran aplauso para el resto de componentes de Maldita Nerea. «Aplaudid y gritad muy fuerte, como si los quisieseis mucho», dijo.
El público se volcó con la actuación de la banda durante más de hora y media en la que el grupo combinó sus canciones más nuevas con las más famosas de trabajos anteriores. Cuando le llegó el turno a No pide tanto idiota, Por el miedo a equivocarnos o Tu mirada me hace grande los gritos de los fans aumentaron tanto que, por un momento, solo se les escuchó a ellos. En el mundo genial de las cosas solo se vio los móviles iluminando la plaza y el escenario como pequeñas estrellas.
A medida que la actuación iba llegando a su fin, Jorge, la voz de Maldita Nerea fue contando como había nacido el proyecto. «A los 17 lo peor que puedes decirle a un chaval es que sea funcionario», contó. «Un día hablando con un amigo decidí que iba a grabar una canción de 4 minutos y mandarla a la radio», confesó. Esa canción era El secreto de las tortugas con la que se hicieron conocidos. «Han pasado ya años y las tortugas se han convertido en bailarinas», acabó. Tras el discurso interpretaron ambas canciones, la que les dio la fama y el single de su último trabajo Bailarina.
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