Concierto vespertino del Feslloch 2017 | FOTOGRAFÍA: MÓNICA SERRANO |
Nada
como la emoción del primer concierto de tu vida. Le podrán seguir
muchos otros pero no sentirás jamás lo mismo. Pero, si el primer
concierto al que vas sin tus padres es especial, el primer festival
de música es indescriptible. Hace un mes cumplí 21 años
ante la nostálgica mirada de mi madre que veía como su pequeña se
hacía mayor. Precisamente mayor me sentí en mi primer festival.
Pero no tanto como en el segundo, en el que no iba con mi prima sino
con mis amigas de la universidad y eso me hizo sentirme madura, lo
fuera o no. Siempre recordamos los tres días que pasamos bajo el sol
en un descampado de Ontinyent.
Con
poco más de dos décadas todos coincidirán conmigo con que no es
edad para la melancolía. En verdad ninguna lo es. Sin embargo, me
gustaría mucho volver a sentir las emociones de las primeras veces.
Puede que haya estado escuchando demasiado el último CD de ElsCatarres que habla de esto en cada canción. A pesar de la
nostalgia que todos sentimos a veces, nunca estaré de acuerdo con
los romanos que veneraban que cualquier tiempo pasado fue mejor.
Creo firmemente que lo mejor está por llegar. La vida siempre tiene
una primera vez para todo porque vivir es aprender. Está bien
rememorar buenos momentos pero no quedarse a vivir en ellos y
olvidarse del presente. Las emociones viven en nosotros y no se irán
nunca así que ¿por qué mejor no dejarnos que la vida nos sorprenda
su manera?
👏👏
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