
Se trata de un proyecto que documentaba a modo de denuncia social la situación de los matrimonios forzados en Afganistán. Una situación que la fotógrafa Stephanie Sinclair vivió muy de cerca al conocer la historia de Mejgon, una joven de 15 años que vivía en un refugio habilitado para las niñas afganas que se habían escapado de sus maridos.
Esta fotografía se ha convertido en un icono en la medida en la que representa la realidad que viven algunas de las niñas afganas que se ven obligadas a contraer matrimonio con hombres de avanzada edad. Su proyecto fotográfico llegó a las Naciones Unidas y gracias a él, entre otros factores, se consiguió que se crease una resolución que ponía fin a los matrimonios forzados.
La mirada a cámara de los sujetos retratados puede hacer pensar que la fotografía había estado planificada, pero no se puede negar que representa claramente la situación real que ocurre en Afganistán.
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