"La hora deseada" por Mercé Batalla
Una niña de apenas once años, miraba ese reloj deseando que las horas no pasaran. Ella solo quería jugar y jugar pero esta diversión se terminaba a media noche, cuando las campanas giraban sin parar anunciando las doce.
Esta niña al llegar a casa, se ponía el pijama sin rechistar, deseando esta vez, que las agujas del reloj corrieran hasta llegar a las once de la mañana; poder salir a la calle; correr; saltar y no parar de reír.
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